Las Puertas de Sevilla

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Vamos a realizar una colección de artículos dedicados a las Puertas de Sevilla, las puertas de la sevilla amurallada del Siglo XVI, que desgraciadamente perdimos.

La Transformación de las Puertas de Sevilla en el S.XVI


Hasta mediados del Siglo XVI, la muralla y las puertas de nuestra ciudad presentaban un marcado caracter medieval, donde predominaba la austeridad en los elementos decorativos y de materiales rusticos, Pero es con la importancia que adquiere Sevilla en el Siglo XVI, en la que se convierte en uno de los núcleos más importantes del mundo cuando se procede a una transformación de las puertas de su recinto amurallado.
La figura esencial en esta renovación es sin duda la de Hernán Ruíz II, que ostentaba por aquella epoca el cargo de Maestro Mayor de las obras del Ayuntamiento.



Estas nuevas Puertas, que conllevó el derribo de las primitivas se levantaron en las decadas de los sesenta y noventa a través de tres grandes maestros arquitectonicos: Hernán Ruíz II, Benvenuto Tortello, y Asencio de Maeda. Las nuevas puertas de la ciudad se levantarán con un sentido muy distinto a las primitivas, se busca a traves de ellas un elemento que facilite la entrada y salida de personas en una ciudad que era sin duda el centro comercial de Europa. Se va a pasar de unas puertas con revueltas, pasajes y con finalidad exclusivamente defensiva a unas puertas que recordaran a los grandes arcos triunfales romanos, donde imperará el clasicísmo y la decoración.

La Semana próxima, Primer Capítulo: La puerta de la Macarena

Sevilla Barroca.


¿Sábes quién es la Patrona de Sevilla?

Muchas personas creen que la patrona de Sevilla es la Virgen de la Hiniesta, y otras piensan que es la Virgen de los Reyes.

Por los años 40, unos siete años después de la muerte y resurrección de Jesucristo, salió de Roma el Apóstol Santiago, quien ya habia recorrido la Palestina, Tiro, Sidón, Grecia e Italia, predicando el Evangelio. Desde Roma se dirigió a España, la más importante y rica región de la Bética, embarcó para Sevilla, a donde llegó e inició su evangelización.
Reunió un pequeño grupo de prosélitos, a los que baustizó, nombró por jefe y Obispo a un hombre honesto y misericordioso, a quien por su piedad baustizó con el nombre de Pio. Este Pio era de profesión escultor, y había nacido en Massia, un puertecillo de pescadores en la orilla del rio, entre los pueblos que hoy llamamos Puebla del Rio y Coria del Rio.
Este hombre era buen artista y se ganaba bien la vida haciendo esculturas para el adorno de los suntuosos edificios que se construian en Hispalis o Sevilla, y en su vecina Itálica. Seguramente si se estudian las firmas o marcas de las esculturas romanas que hay en los museos de Itálica y Sevilla, podrá hallarse alguna de ellas la firma de Pio, escultor y primer Obispo de Sevilla.

Desde Sevilla marchó el Apóstol Santiago a evangrelizar Granada, Córdoba y otras ciudades de la Bética, y habiendo vuelto a Sevilla, comunico a Pio, que le acompañase a la región Tarraconense.
Se dirigieron hacia el Norte por las calzadas romanas y habiendo llegado
a Zaragoza, ante las dificultades que encontraban para convertir a aquellos paganos, el apóstol Santiago se desalentó, y sentados en la orilla del Ebro, lloraron ambos amargamente.

Es entonces, cuando la Virgen Maria que todavía no habia muerto, se les apareció a los dos, en cuerpo y alma, puesta de pié en una columna. No fué pués una aparición de la Virgen al Apóstol Santiago, sino a Santiago Apóstol y a Pio, obispo de Sevilla, conjuntamente.

Tras aquella visión que les consoló y animó mucho, Santiago tranquilizado ya respecto al buen éxito que le esperaba a su predicación, mandó a Pio que volviera a Sevilla y le encargó vehementemente labrase una estatua o imagen representando a la Virgen María puesta de pié en un pilar y que la colocase sobre el altar de su iglesia o casa de reuniones de los cristianos en Sevilla, teniéndola como patrona, pués con la protección de la Señora se mantendría la comunidad cristiana, y llegaría a cristianizarse toda la ciudad. Obedeció Pio y valiendose de barro modeló una Virgen puesta de pié sobre la columna o pilar.
Esta imagen fué llevada a la casa donde se reunian secretamente los cristianos, o sea, la primera iglesia sevillana, que estaba situada a espaldas del circo de la ciudad. DadPublicar entradao que hoy por las excavaciones que se hicieron para construir la Av. de la Cruz Roja, sabemos que los cimientos del circo llegan desde el Hospital de la Cruz Roja hasta la calle Fray Isidoro de Sevilla, puede casi asegurarse que dicha primera iglesia cristiana estaba en la calle Fray Isidoro de Sevilla, o en la plaza que hay ante el "Grupo Escolar Queipo de Llano", vulgarmente llamado "El colegio de los moros".

Transcurridos mas de 200 años, el cristianismo fué autorizado, y entonces se construyó la basilica hoy Parroquia de San Vicente a la que fué trasladada la imagen de la Virgen del Pilar, patrona de Sevilla. Allí permaneció el resto del dominio romano, y durante la época de los visigodos, hasta que el año 711 al producirse la invasión musulmana desaparece, ignorandose si dicha imagen fué destruida por los árabes, o si algun clérigo la sacó anticipadamente de Sevilla para ponerla a salvo, y se encuentra en algún lugar del Norte de España.

Pasada la ocupación árabe y reconquistada Sevilla por el Rey San Fernando, se consagró como catedral la mezquita mayor, o Aljama, en la cual el Obispo Don Remondo entronizó una imagen de Nuestra Señora con el nombre de Santa María de la Sede, a la que hizo patrona de la sede episcopal.
Siglos más tarde, fueron designadas como copatronas de Sevilla (sin perjuicio del patronazgo mariano), las dos mártires sevillanas Justa y Rufina. En el siglo XVII habiendose encontrado en el reino de Aragón una imagen, escondida en una cueva, y que estaba acompañada de un papel escrito que decia: "Soy de Sevilla, de un templo que hay junto a la Puerta de Córdoba", su hallador, el caballero aragones Mosén Tous, la trajo a nuestra ciudad, suponiendose que había estado oculta desde la invasión árabe. Y dado que la iglesia más cercana a la Puerta de Córdoba era la Parroquia de San Julián, allí quedó depositada, dándosele el nombre de Nuestra Señora de la Hiniesta, porque hiniesta en aragonés es el nombre de la retama, y la imagen fué descubierta en un hoyo o cueva al pié de una retama.

El Ayuntamiento de Sevilla queriendo honrar tan antiquisima imagen la hizo patrona suya; así que la Virgen de la Hiniesta no es patrona de la ciudad, sino patrona de la Corporación Municipal. Finalmente a mediados del siglo XX, el cardenal don Pedro Segura y Sáenz, que tenía especial devoción por la advocación de la Virgen de los Reyes, cuya imagen fué traida a Sevilla en tiempos del Rey San Fernando, y que siempre ha acupado el altar de la Capilla Real, decidió designar a la Virgen de los Reyes como patrona de la Archidiocesis, pero no de la Ciudad. En resumen: La patrona de la Ciudad es la Virgen del Pilar, puesta por el primer Obispo, que después fué santo, San Pio .Copatronas con la antes dicha Virgen, son las dos santas mártires sevillanas Justa y Rufina.
Patrona de la sede episcopal es Nuestra Señora de las Sede, puesta en la Catedral por don Remondo en 1248.
Patrona de la Corporación Municipal lo es la Virgen de la Hiniesta, que se venera en la Parróquia de San Julián. Y finalmente Patrona de la Archidiocesis Hispalense, es Nuestra Señora de los Reyes.

La Iconografía de la Inmaculadad durante la Edad Media


A lo largo de estas breves líneas vamos a realizar una introducción sobre la iconografía de una de las advocaciones de mayor devoción en nuestra ciudad, como es la Inmaculada Concepción de María.
Pero antes de centrarnos en el aspecto puramente artístico debemos remontarnos en la historia para conocer el origen de esta devoción tanto en España como en Sevilla, su principal defensora:

En relación con el origen de la creencia en el Misterio de la Inmaculada, podemos decir que hay constancia de esta desde las primeras raíces del Cristianismo. Pero este misterio no se recoge en las sagradas escrituras, en las que se dice que Maria es Virgen y Madre. Esto chocará con la teoría del Pecado Original de San Agustín que habla de que Adán y Eva incurrieron en el primer pecado por lo que al ser la Humanidad descendientes de éstos, dicho pecado se transmitiría con ellos. El problema se plantea en este Misterio ya que si Maria es humana, se deduce que el Pecado Original también le afectaría como descendiente de Adán y Eva. A partir de este planteamiento se van a dar numerosas discusiones teologales a lo largo del Cristianismo, entre partidarios de esta teoría y los defensores de María Inmaculada.
Pero existía gran devoción popular sobre este Misterio, incluso ya en el siglo V en Oriente cada 8
de diciembre se celebraba la festividad de “Conceptio S. Anna, parentis genitris Dei”, el día en el que Santa Ana concibió a la Santísima Virgen, como así se recoge en el Typicón de Sabas.
En España según algunos historiadores los primeros cultos en Honor a Maria Inmaculada van a ser en la época del Reinado Visigodo de Toledo que tiene lugar del 507 al 711, los Visigodos buscaban la unidad religiosa ya que ellos eran Arrianos (no creían en el Misterio de la Santísima Trinidad) y en la Península tenían que convivir con Germanos y Romanos que a su vez eran Católicos, tras varios pasos la unificación la logra el Rey Visigodo
Recaredo al convertirse él y a su pueblo al Catolicismo. En el 656 tiene lugar el Concilio de Toledo en el que inspirándose
en San Leandro le encargan a su hermano San Isidoro de Sevilla la unificación de la Liturgia. San Isidoro creará el rito Isidoriano que va a actualizar la Liturgia primitiva incorporando nuevas oraciones, himnos, etc.
Pues bien, en estos nuevos misales se van a recoger la fecha del 18 de diciembre como el día de “Conceptio Virginis Marie” (La Concepción de la Virgen María) pero hay confusión entre varios historiadores ya que parece que dicha fiesta no aludía a la Pureza de la Virgen sino a la Concepción de Jesús en María.
Otra teoría es que la celebración de la Inmaculada parece que llega a la Península a través de Francia en el siglo XII. Ya en el siglo XIII se recoge en un misal de la Catedral de Sevilla la fecha del 8 de diciembre como Festividad de la Concepción.
La devoción se afianzará de manera extraordinaria a raíz de una leyenda, la de Helsin, Abad de Ramsay: A mediados del siglo XI fue enviado por el Rey Guillermo El Conquistador a colaborar con el Rey de Dinamarca, en el viaje les sorprende una tempestad y este invocó a la Virgen. Un ángel le dijo que si celebraba cada 8 de diciembre la fiesta de la Inmaculada Concepción se salvaría. A partir de aquí la devoción de la época tomará un auge enorme.

A todos, si nos hablan acerca de una imagen de la Inmaculada Concepción se nos vendría a la memoria una obra pictórica o escultórica de una Virgen niña, de manos entrelazadas y una enorme dulzura, pero este modelo de representación no fue siempre así.
El origen de las representaciones artísticas del tema de la Inmaculada Concepción se remonta a la Edad Media, en la que los artistas van a recurrir a una serie de alegorías para mostrar el mensaje de Pureza de María. De forma resumida vamos a ver algunas de estas representaciones:

El árbol de Jessé:

(Isaias XL, 1-2: Una rama saldrá del tronco de Jessé, una flor surgirá de sus raíces, sobre él reposará el Espíritu de Yahvé…).



Se trata de una versión del árbol genealógico de Cristo que nace frecuentemente el pecho o el oído de Jessé, padre del Rey David, a lo largo de estas ramas aparecerán personajes importantes del Antiguo Testamento y culminará en la Virgen junto a Cristo. La identificación de este tema con la Inmaculada procede la interpretación de la Biblia de San Jerónimo que va a identificar la rama del tronco con María y a Cristo con la flor que nace de esta bendita rama.

La Virgen de los Lirios:

Es otra variante del tema de la Inmaculada, representa a Santa Ana y a San Joaquín en el Abrazo Místico. Del pecho de ambos nace un lirio, Símbolo de Pureza y de la unión de estos surge la Virgen.

El Unicornio:

La representación del unicornio durante la Edad Media tendrá carácter también religioso, será símbolo del poderoso, que solo se rendirá ante la Pureza, que reside en la Virgen María.

Estos son solo algunos de los recursos que los artistas van a utilizar durante la edad media para representar la Pureza de María, podríamos citar otros muchos como la Parentela de Jesús o la Historia de Augusto y la Sibila.

Una de las representaciones más importantes es la de la Virgen Tota Pulchra:
Se trata de un tema doble en el que aparece la Coronación de la Virgen así como la Virgen constelada de las dieciocho letanías. Esta representación es resultado de dos visiones, la primera la de la monja Beatriz de Silva en 1511, a la que se le aparece la Virgen con túnica blanca y manto celeste y la visión de Sor Isabel de Villena, en la cual la Virgen aparece rodeada por sus dieciocho letanías.
La denominación de Tota Pulchra viene dada a raíz de la aparición de la Virgen al Padre Martín Alberro en la vigilia de la Inmaculada de 1554, será una fusión de las dos apariciones anteriores ya que aparecerá la Virgen vestida de blanco y azul, pero a al vez constelada por las letanías. El Padre Alberro encargará a Juan de Juanes la representación pictórica de esta visión, por lo que a partir de 1554 se unifica ya el tema de la Inmaculada, aunque la representación más usual del tema será la Apocalíptica que seguirá el modelo de representación marcado por Francisco Pacheco en su obra El Arte de la Pintura de 1649.

Antonio J. Alonso

La Llegada del Renacimiento a Sevilla. Niculoso Pisano

Ceramista de origen italiano activo en Sevilla a principios del s. XVI, Se le supone formado en los talleres de Faenza, Cafaggiolo y Casteldurante, donde aprendió las técnicas de la mayólica. Se trata de un artita que revoluciona la cerámica de su época con el uso de azulejos planos pintados a la que dota de repertorio decorativo.

En Sevilla, Pisano deja obras de excepcional calidad como la fachada de la Iglesia del Convento de Santa Paula para la que decora la rosa del arco y el tímpano de entrada combinada con una arquitectura Gótica - Mudejar realizada en ladrillo. El tema Central de la clave del arco es el Nacimiento de Cristo. La fachada, se remata por una serie de querubines flameros.

En 1504, Francisco Niculoso Pisano realiza el Retablo Cerámico de los Reyes Católicos del Alcázar de Sevilla. Se trata de un retablo netamente renacentista que contrasta con la arquitectura gótica de la capilla que lo alberga. El retablo narra el tema de la Visitación, pero el mensaje subliminal de la composición es el de la Redención, la Victoria sobre el Pecado. En esta obra podemos apreciar la inspiración del artista en temas italianos para la escenografía y el fondo, así mismo emplea en los laterales decoración de Candelieri.

Éste breve analisis sobre la obra de Niculoso Pisano, nos sirve para observar los primeros destellos del Renacimiento en nuestra ciudad.

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